lunes, 5 de julio de 2010

La (in)seguridad de los niños.

Ni por tropezones, ni por inminentes atropellamientos, ni por riesgo de secuestro...
Por lo que debería preocuparse esta niña es de que su gran madre se tropiece y la aplaste... así, ni quién la salve...

domingo, 4 de julio de 2010

Pescar peces en el agua


Presa de San Pedro, Huimilpan, Qro.











7 de julio del 2010

domingo, 10 de enero de 2010

Si...

Si alguien me hubiera dicho que sería la última vez que te vería, hubiera comprado todas las tutsis y tamarindos Karla del planeta para que nunca te hicieran falta, para que siempre tuvieras un dulce que comer...

Si alguien me hubiera advertido que sería la última vez que te vería, hubiera contratado al mejor mariachi para que interpretara nuestras canciones, para que nunca las olvides, para que siempre tuvieras algo que escuchar...

Si alguien me hubiera advertido que sería la última vez que te vería, hubiera consultado a un oftalmólogo para que hiciera un estudio clínico de mis ojos, para que nunca digas que los tengo cerrados, para siempre verte en mi recuerdo...

Si alguien me hubiera dicho que sería la útima vez que te vería, hubiera fotografiado la Luna millares de veces, para que nunca olvides nuestra estrella, para que siempre te contemple, para que no te olvides de ella, para que no me olvides, para que no nos olvides, para que siempre tengas algo que ver...

Si alguien me hubiera dicho que sería la última vez que te vería, borraría a todo aquél que se llamara Francisco, para no ser tan panchero...

viernes, 6 de noviembre de 2009

Kings of Leon - Live on Mexico D.F. (Fragmento)

Si algún día escriben la mejor reseña del concierto de Kings of Leon, que digan que olía delicioso. Que recuerden las camisas a cuadros, los pantalones ajustados y las melenas alocadas; que recuerden, por favor, a esas rockeras hermosuras que reinaron esta noche con su paso musicalmente grunge. Que digan que ni la pestilencia de esta miserable ciudad, ni la lluvia llegaron a ser una molestia en este jueves de octubre.

Que pasaron desapercibidos los altos costos del alcohol y las entradas, mientras la mota burlaba burlona las revisiones de la entrada. Porque eso es lo que pasa en los conciertos y eso es lo que debe decirse. Que aconsejen que ingresar a la pista con dos caguamas en las manos es la mejor manera de rockear. Que al apagarse las luces el cielo se reduce a un domo y las gargantas se preparan para lanzar el grito.

Una buena crónica diría que 20 mil personas esperaban con ansia el inicio de KOL. La mejor confesaría, sin temor a la censura, que más vale orinar en un vaso de cerveza que perderse “Crawl”; que poco importa tirar el vaso, patearlo y derramar todo el orín en el suelo. Un verdadero cronista lo haría con maestría, sin salpicarse. Los verdaderos rockeros lo hacen, sin lamentarse. Porque así es un concierto. Porque así es la vida. Porque en la guerra y en el rock, todo se vale.

Que reproduzca el inicio de los golpes en la bataca, el arranque del rasgueo en la guitarra, las primeras notas vocales de Caleb. Que esas líneas se desgarren con “Be Somebody”. Que bailen y sacudan el bote con “Taper Jean Girl”. Que se vea el headbang con “Molly’s Chambers” y se deje todo en el coro de “California Waiting”. Que esas líneas intenten plasmar cómo el entorno se iluminó con ese cielo de estrellas telefónicas al escuchar “Revelry”. Que se cuente cómo se prendió –literalmente– la gente al escuchar el intro de “Sex On Fire”, uno de los mejores momentos de la noche.

Y si aquellos párrafos se acuerdan de mí, que no olviden la fascinación que sentí por esas rockeras hermosuras que reinaron esta noche con su paso musicalmente grunge; que recuerden, por favor, sus camisas a cuadros, sus pantalones ajustados, las melenas alocadas. Y recuerden que olían delicioso. Porque eso es lo que deben decir si algún día escriben la mejor reseña del concierto de Kings of Leon.

domingo, 25 de octubre de 2009

Giraba.. Y daba vueltas... y vueltas


Entonces íbamos y veníamos del súper, de la Mega. Nuestra diversión era ver ofertas. Solo verlas. Rara vez comprábamos algo, alguna vez rentamos alguna película. Así era. Así éramos. A veces así soy...

Y caminábamos por tu calle. Nuestra calle. Veíamos a los gatos de los vecinos, lo recuerdo, jugábamos con ellos (¡bichito, bichito!); había el que nos hacía caso, y los que no los observábamos, veíamos sus gomitas, cómo comían excitados de las güiscas que les comprábamos. Era una casa nueva, y aún vacía, tenía un pequeño gato para ahuyentar a los roedores. No tenían qué comer y le compramos una lata de güiscas... y comía. Nosotros, tú y yo, lo contemplábamos tomados de la mano, abrazados. Juntos. Así éramos...

Y él daba vueltas...

Eran tres o cuatro calles las que tenía que pasar para llegar a tu casa. Era común encontrármelo: giraba enganchado a los mástiles que sostenían el rótulo de la calle; delgado, demacrado, enormes ojeras, mirada desviada, bien vestido, las suelas desgastadas de los bordes.

Y giraba... y daba vueltas.

Tú decías que ya había mejorado, que antes estaba peor, que tenía un problema mental y por eso giraba... y daba vueltas. Y cuando salíamos a comprar tu tamarindo, tu tutsi, mi coca de lata y mis panditas, él nos seguía, girando... y dando vueltas...

Y mientras él giraba... Tú y yo lo hacíamos.

Un día, cuando iba yo a verte, me dijo algo. No recuerdo qué. Él balbuceaba y sus palabras giraban... y daban vueltas. Vertiginosas. Inentendibles. Murmuraciones sin sentido. Cotilleo infinito. Plática errante.

Y giraba... y daba vueltas...

¿Qué me habrá dicho?

Estoy seguro. Confío. Tengo la certeza de que me dijo quién eras. Y no tu nombre, chava, sino "quién eres". Y no tu edad ni tu número telefónico, ni donde vives ni de cuál calzas, ni de cuál usas, sino quién eres... en mi vida. ¿Quién eres para mí? Y, gracias a Taz, a Spiderman y a Garfield, se quién eres. Sé qué eres.

Giro. Y doy vueltas... y vueltas.

martes, 20 de octubre de 2009

Atongo 90210

La creencia universal sostiene que las segundas partes nunca son buenas. Quizá sea cierto. Quizá solo en parte. De cualquier forma aquí está Atongo 90210: mi nuevo blog. Hace poco más de un año que dejé de escribir en el anterior, el cual quedó perdido en la profundidad de la miseria cibernética, despreciado, recluido y marginado en la pobreza digital donde solo sobrevive por las minúsculas visitas que por error llegan a él.

Hoy inicia una nueva historia. Con las mismas razones por escribir. Con la misma catarsis literaria y la misma perversión mental. Con la misma purga intelectual y la misma depravación creativa. Con un solo motivo, simple, sencillo como él mismo: escribir...

Lo que sea...

Lejos de ser un periodista comprometido con la verdad. Retirado de la tradición reporteril de la caza furtiva de primeras planas. Enemigo de los vigilantes de pluma y grabadora, falsos portavoces de la desgracia citadina, meras caricaturas de héroes civiles. Ni siquiera se usar el gerundio, ni mucho menos el 'punto y coma'; apenas hilo una frase con otra y llamarme "escritor" sería un abuso. He leído tan poco que considerarme 'lector' sería una absoluta mentira. Me reservo en la música porque nada es tan bueno como lo añejo (aunque hay excepciones).

Mi único apetito son las narraciones urbanas, rurales, espaciales, etílicas... ácidas. Solo comentar y ser comentado. Leer y ser leído, pero sobre todo... contar...

lo que sea...